Opinión | Cambiar todo para que nada cambie: el modelo de transición energética de Urkullu a las renovables es inadecuado, ineficiente e inviable

La única viabilidad que contempla el lehendakai en la transición energética a las renovables es la de las enormes plusvalías que los megaproyectos generan a las grandes empresas del oligopolio / Fotomontaje (rebeldes.info)

5.10.2023

En el marco del evento de presentación del proyecto DemoSATH, proyecto de producción eólica marina flotante en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), frente a la costa de Armintza, el lehendakari ha realizado unas declaraciones sobre la apuesta “clara y decidida” de la CAV por las energías renovables a través de una transición “viable”, porque “no tenemos un planeta B”. 

Sin embargo, es evidente que la única viabilidad que contempla el lehendakari es la de las enormes plusvalías que megaproyectos como el arriba mencionado generan a las grandes empresas del oligopolio, con la excusa de la transición renovable, y que tan bien defienden y aplauden Urkullu y su gobierno. Además, en un ejercicio de absoluta generosidad, nos recuerda que la dependencia de la energía “es absoluta” porque es necesaria para vivir y, por ello, nos insta a reflexionar sobre cómo se va a acceder a ella y cuál es la “vía más adecuada” para generarla.

Desde aquí, queremos darle las gracias por ilustrarnos/iluminarnos en el proceloso camino de la transición energética a un modelo 100% renovable y, asimismo, responder a su soflama, en torno al desarrollo y despliegue de sistemas de generación de energía eléctrica en el marco de la tan cacareada transición energética y al modelo “Renovable Eléctrica Industrial” que nos pretende vender/imponer como “viable”, modelo a todas luces inadecuado, ineficiente e inviable.

En relación a su afirmación sobre la apuesta “clara y decidida” de la CAV por las energías renovables, recordarle que hace ya un par de décadas que venimos hablando de la necesidad de hacer una transición energética a un modelo 100% renovable como método para descarbonizar la sociedad y luchar contra el cambio climático. Sin embargo, la “clara y decidida” apuesta de la CAV, se centra en un despliegue masivo de megaproyectos de producción de energía renovable (fotovoltaica y eólica principalmente) a lo largo y ancho de nuestro territorio, sin contar con la cobertura jurídica de un Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables que regule y ordene la instalación de infraestructuras de fuentes de energías renovables en función de las limitaciones territoriales y ambientales existentes, es decir, con la garantía de cumplir las exigencias medioambientales y el respeto a la preservación del patrimonio cultural, el medio socio-económico, la seguridad y la salud.

Megaproyectos que, más que descarbonizar nuestra sociedad y luchar contra el cambio climático de manera decidida, buscan acceder a las cuantiosas ayudas del programa NextGeneration de la Unión Europea. Unos fondos que, no olvidemos, son en un 50% subvención, pero el otro 50% crédito que algún día habrá que devolver.

El señor Urkullu también nos insta a reflexionar sobre cuál debe ser “la vía más adecuada” para generar la energía que haga posible la transición energética a un modelo 100 % renovable. ¡Menuda paradoja!, porque, precisamente, quien parece no haber reflexionado sobre la manera más adecuada de generar energía es su gobierno y, por ende, él, como su máximo representante. Porque el modelo de transición renovable que, él y su gobierno, nos pretenden imponer es un modelo que no cuenta con la imprescindible cobertura legal de un PTS de Energías Renovables y sí con un amplio rechazo político-social. Estamos hablando del denominado “Renovable Eléctrica Industrial”, que se caracteriza por la instalación de grandes plantas de generación de electricidad a partir de energía renovable, con la intención de masificar e industrializar su uso, como si este modelo fuera el único posible y deseable, cuando ni es el único posible y mucho menos el deseable. Y si bien en este modelo no se descarta el auto-consumo eléctrico, siempre se nos argumenta que, para producir ”la energía que necesita la CAV”, es absolutamente preciso instalar macroinstalaciones de aerogeneradores y de placas fotovoltaicas. 

En definitiva, un modelo “lampedusiano” (cambiar todo para que nada cambie) que sólo pretende mantener el sistema económico-social actual sin hacer los cambios -absolutamente necesarios- que requiere nuestro planeta para que no se convierta en un lugar inhabitable (ahorro energético, evitación del despilfarro, apuesta decidida por el transporte público en todo tipo de distancias, protección real de nuestro medio natural y su biodiversidad, protección de nuestro patrimonio agrario, etc.)

Urkullu, además, nos miente al querer imponernos un modelo inadecuado e ineficiente. Un modelo con el que sólo se pretende concentrar grandes cantidades de energía renovable, para mantener el sistema socio-económico actual basado en grandes centros de producción (zonas o regiones industriales) y grandes centros de consumo (grandes ciudades). En otras palabras, concentrar grandes cantidades de energía renovable, que por definición es dispersa y distribuida, y transformarla en energía concentrada para garantizar la seguridad energética que los grandes centros de consumo requieren, proceso que, por fuerza, es totalmente ineficiente

Además de inadecuado e ineficiente, este modelo es, a todas luces, inviable por la falta de materiales, no sólo para la fabricación de aerogeneradores y placas fotovoltaicas, sino también de baterías, motores eléctricos, etc. todos ellos elementos clave de este modelo de transición renovable, tal y como atestiguan los trabajos de Alicia y Antonio Valero de la Universidad de Zaragoza y el informe de materiales críticos de la Agencia Internacional de la Energía, de mayo de 2021. Inviabilidad que queda patente si reparamos en que la electricidad representa sólo un 23% de la energía final (energía lista para ser consumida).

Por tanto, más de un 70 % del consumo de energía se hace de forma no eléctrica y, además, de difícil, incluso imposible, electrificación. Por ello, pretender hacer la transición renovable basada en este modelo es una falacia, es asumir que contaremos con unas tecnologías que hoy por hoy no están disponibles y que posiblemente nunca lo estén.

Y también nos mienten porque nos ocultan que los actuales planes de despliegue de energías renovables no tienen sentido desde el punto de vista financiero, pues tienen una rentabilidad económica más que dudosa, por el estancamiento del consumo de electricidad en la mayoría de los países industrializados y entre ellos la CAV. Falta de rentabilidad financiera que unida a la crisis de materiales están provocando que muchas compañías constructoras de aerogeneradores pierdan dinero por cada generador fabricado, y eso ha hecho que compañías como Vestas, Nordex o Gamesa hayan cerrado fábricas por todo el mundo y particularmente en el estado español. Por tanto, estamos financiando un despliegue masivo de plantas de Renovable Eléctrico Industrial para producir una energía que no podemos aprovechar y que no solucionará nuestra crisis energética, pudiendo invertir ese capital en infraestructuras más resilientes, necesarias y provechosas.

Entonces, y visto lo anterior, queremos formularle las siguientes preguntas:

¿Por qué se empeñan en el desarrollo de megainfraestructuras de producción de energía eléctrica renovable para generar una energía que no podemos aprovechar y que, por otra parte, no solucionará nuestra crisis energética?

¿Por qué se empeñan en destruir buena parte del patrimonio natural, con la irreparable pérdida de biodivesidad que ello supone, con los antedichos desarrollos?

¿Por qué no se invierte el capital de las ayudas del programa NextGeneration en otro tipo de infraestructuras más resilientes, más urgentes y más necesarias?

¿Dónde está el “Interés General” de estos megaproyectos que expropian las tierras a sus propietarios al tiempo que generan beneficios millonarios con un retorno ínfimo para las comunidades locales y provocan daños medioambientales irreversibles en el territorio?

¿Por qué, señor Urkullu, no antepone la verdadera UTILIDAD PÚBLICA a su “Interés General” y desiste de un modelo de transición energética que ni es justo, ni social, ni legal, si sostenible, ni ecológico, y por tanto, INADECUADO, INEFICIENTE e INVIABLE?

Plataforma Arabako Mendiak Aske (Euskadi)