Cuando la transición energética deriva en pesadilla climática: un experto advierte de señales preocupantes en el ámbito de la eólica marina y los combustibles fósiles que van contra el proceso de descarbonización

El mayor proyecto de eólica marina flotante del mundo inaugurado en aguas noruegas servirá para alimentar de energía a proyectos de extracción de gas y petróleo / Zachary Theodor

11.9.2023

Ferran Vallespinós Riera analiza en un artículo de opinión publicado en el Diari de Girona algunas de las incongruencias de la transición a una economía baja en carbono que se está viviendo actualmente y que a su juicio hacen dudar si la sociedad contemporánea está yendo "en la buena dirección" en la lucha contra el cambio climático.

El profesor, escritor, e investigador científico del CSIC correlaciona tres informaciones que a su entender son "un toque de alarma" y marcan un camino "que parece contrario al que haría falta" y aleja al género humano de los objetivos autoimpuestos en el proceso de descarbonización.

Por una parte, el especialista hace referencia a la noticia de la inauguración en aguas noruegas, a 140 kilómetros de la costa, del mayor parte eólico marino flotante del mundo, el Hywind Tanpen, de 88 MW, situado a profundidades que oscilan entre los 260 y los 300 metros, y recuerda que en la costa de Girona, en pleno golfo de Roses, se están tramitando entre 500 y 1.000 MW a tan solo 20 kilómetros de la línea costa, preguntándose sobre su conveniencia (y congruencia) de un proyecto semejante.

Lo que más llama la atención para el científico, sin embargo, es que este megaproyecto noruego generará energía para surtir a plataformas de extracción de combustibles fósiles (gas y petróleo), apoyando de este modo con renovables los mismos vectores que favorecen el cambio climático. Usar energías renovables para producir más petróleo es comparable, para el investigador "a que los bomberos se dedicaran a incendiar los bosques".

Además, Vallespinós considera preocupante una segunda noticia relacionada con el último informe sobre el uso del carbón publicado por la Agencia Internacional de la Energía a mediados de diciembre, que indica que en el año 2022 se usaron 8.025 millones de toneladas (megatoneladas) de este combustible fósil, batiendo todos los records previos y estableciendo la cifra anual más alta de la cual se tenga registro en una situación de la que no se puede culpar únicamente a China, pues la Oficina Europea de Estadística refleja que la producción de carbón de la UE en ese mismo ejercicio se incrementó un 5% y el consumo en un 2%.

Finalmente, el científico refleja su preocupación ante el hecho de que según los últimos datos, la producción de plásticos se haya disparado en todo el mundo pues tan solo en Estados Unidos el Consejo Químico Americano ha calculado que hay previstos 146.000 millones de euros de inversión para la industria productora de etileno y propileno, que son las bases de este tipo de compuestos derivados de una fracción del crudo. 

Este hecho, para Vallespinós, tiene dos inconvenientes desde el punto de vista ambiental: primero, al fomentar la extracción y procesado de productos petrolíferos y en segundo lugar, que estos compuestos han terminado por contaminar todo el planeta llegando incluso al consumo humano. En el caso español -recuerda- "se tiran 126 toneladas de plástico en el mar cada día" y "no parece que los céntimos que cuestan las bolsas de plástico a mercados y grandes superficies hayan desmotivado su uso" razón por la que "es evidente que no han sido acertadas las políticas tendentes a abandonar el uso de los plásticos y claramente insuficientes las de recogida selectiva para fomentar su reciclaje".

Confrontadas las tres informaciones anteriores, y en relación con la situación actual que está provocando el cambio climático, para el investigador "el camino parece contrario al que haría falta y nos alejamos cada vez más de los objetivos que nos hemos autoimpuesto" al tiempo que "sufrimos olas de calor más duraderas, más intensas y más frecuentes".