La Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública deja en evidencia la nefasta política sanitaria de Alfonso Rueda y su Ejecutivo y denuncia el colapso de hospitales y centros de salud por la mala gestión del PP desde la Xunta

El incremento exponencial de enfermedades respiratorias por la bajada de las temperaturas ha provocado el colapso de los servicios de urgencias de toda Galicia / Creative Commons

9.1.2024

El colectivo expresa su "enorme preocupación" y "rechazo" a una situación que se ha visto agravada como consecuencia del incremento de enfermedades virales respiratorias.

La Asociación Galega para a Defensa da Sanidade pública considera que el caso es resultado de la pésima gestión del Gobierno autonómico de Alfonso Rueda y su Ejecutivo por diversas razones; en primer lugar por la reducción de personal de Atención Primaria y el cierre de centros llevado a cabo por el PP desde el año 2008, que obliga a muchas personas en situación de enfermedad a acudir como única alternativa asistencial a los servicios de urgencias.

Por otra parte, recuerdan que la supresión de más de mil camas hospitalarias impide la hospitalización de pacientes y obliga a hacinarlas en pasillos o sillones durante horas, algo que es especialmente problemático en personas mayores o en situación de riesgo.

Además, para la entidad, existe un tangible abandono de los servicios de salud pública, que no cuentan con recursos suficientes para prevenir y hacer frente a las epidemias. En este sentido, apuntan que el presupuesto previsto para estos servicios para el 2024 supone tan solo el 0,35% del gasto sanitario.

Finalmente consideran que el Gobierno gallego "no tiene ninguna voluntad política de afrontar una situación que se repite cada año durante los meses de invierno" y que deriva en que la única respuesta de la Consellería de Julio García Comesaña sea "culpabilizar a la población y recomendarle que no acuda a los centros sanitarios públicos" en una actitud que genera "un gran sufrimiento social" y "favorece descaradamente a los seguros sanitarios, a las consultas privadas -especialmente de pediatría- y a los hospitales privados en manos de multinacionales.