Científicos de la Universitat de Girona consideran incompatible la preservación de las áreas protegidas y sus zonas de amortiguación con el desarrollo de proyectos de eólica marina

El biólogo marino Paul Wawrzynkowski, del Instituto de Biología Acuática de la Universitat de Girona, dialoga con los participantes durante la visita al área marina del Parc Natural del Cap de Creus celebrada en la jornada / @oceansalut

3.10.2023

La localidad de Roses acogió el 24 de septiembre un ciclo de conferencias de divulgación sobre los resultados del proyecto BIOPAIS de la mano de algunos de los miembros del equipo de una iniciativa desarrollada en conjunto por investigadores/as de la Universitat de Girona (UdG), el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) y la Universidad Internacional de La Rioja. 

Este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y se ha desarrollado en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea con cargo a los fondos NextGenerationEU. La iniciativa se enfoca en evaluar los impactos ecológicos y sociales de los parques eólicos marinos en el área mediterránea, generando conocimiento científico para la toma de decisiones informadas y el desarrollo de estrategias de gestión adecuadas.

En jornada de divulgación, apoyada por la autoridad municipal, se realizó una salida marítima a las aguas del Parc Natural del Cap de Creus para fomentar el intercambio de experiencias entre los más de 50 "agentes clave" afectados por la eólica marina en la zona de la bahía de Roses, y por la tarde tres de los especialistas del proyecto impartieron sendas conferencias sobre su ámbito de especialidad.

La primera de las intervenciones fue a cargo de Josep Lloret, biólogo marino del Instituto de Ecología Acuática de la Universitat de Girona y coordinador del proyecto BIOPAIS, y trató sobre la gran interacción existente entre los proyectos de eólica marina y las áreas marinas protegidas en el Mediterráneo occidental pues el proyecto ha esbozado el contexto normativo de los espacios pertenecientes a la Red Natura 2000 y otras áreas marinas protegidas en el Mediterráneo en relación al desarrollo de la eólica marina.

A continuación fue el también biólogo marino Paul Wawrzynkowski, del Instituto de Ecología Acuática de la Universidad de Girona, quien se centró en los impactos potenciales de la energía eólica marina sobre las especies vulnerables o protegidas por las directrices europeas, convenios internacionales y legislación local. Además, durante la conferencia se profundizó en este análisis desglosando los efectos posibles en relación a los diversos componentes y tecnologías claves asociadas a la energía eólica marina flotante, en el marco de un proceso creciente de industrialización del mar.

Finalmente fue la geógrafa Laura García, del Departamento de Geografía de la Universitat de Girona, quien explicó la metodología para identificar a los agentes territoriales afectados por la eólica marina y las partes implicadas en su implementación y regulación, pues el proyecto analiza los posibles impactos de esta tecnología no solo sobre la biodiversidad, sino también en los efectos socioeconómicos y paisajísticos en una interlocución directa con la sociedad afectada.

EÓLICA MARINA Y CONSERVACIÓN DE BIODIVERSIDAD

De la jornada los científicos han derivado importantes conclusiones y recomendaciones para gestores y planificadores marítimos. La primera de ellas, que es imprescindible aplicar el Principio de Cautela hasta que no se disponga de una información sólida sobre el impacto de la energía eólica marina flotante. Por este motivo consideran que no se debe desarrollar esta tecnología ni sus pruebas piloto en áreas de gran valor para la biodiversidad. Esto es, hay que excluir la eólica marina de las áreas protegidas y sus zonas de amortiguación.

Además los especialistas consideran indispensable "asegurar la conectividad" entre las áreas marinas protegidas, certificando que no haya impactos "sobre especies sensibles y hábitats frágiles" protegidos por la normativa comunitaria pues ayudan a la "necesaria resiliencia de los ecosistemas marinos ante el cambio climático", asegurando también "que no haya impactos" sobre la funcionalidad de estas áreas, incluyendo los cotos de pesca.

Para los investigadores "hay que considerar las áreas marinas protegidas como soluciones basadas en la naturaleza para mitigar los efectos del cambio climático", motivo por el que "hay que analizar bien el balance entre los beneficios (reducción de dióxido de carbono) y los riesgos para la biodiversidad" antes de tomar decisiones sobre la eólica marina.

Finalmente, piden buscar zonas alternativas para la eólica marina "lejos de las áreas protegidas" y "analizar con rigor la dimensión de las mismas" teniendo en consideración que, como norma general, "es científicamente injustificado considerar los parques eólicos marinos como una herramienta para la conservación de la biodiversidad".